"Nosotros no determinamos la culpabilidad de nadie, y no dictamos su castigo. Nosotros somos simplemente los fríos instrumentos que llevan a cabo la venganza del Emperador. No existe forma alguna de matar que no conozcamos; no existe forma alguna de terror que no podamos utilizar; no existe enemigo alguno que pueda escapar de nosotros. Somos la espada de la justicia que busca la garganta de los traidores; Somos la bala que se aloja en el cráneo de los herejes; somos el veneno que mata al alienígena."

Decreto asesinorum

lunes, marzo 30, 2009

El jardinero fiel...

Y aun recuerdo las palabras de aquel anonimo...

"Sabes vindi... Una vez dijo un sabio...

-Toda rosa, por bella que sea, siempre tiene espinas con las que puedes pincharte..

Lo recuerdas??? Me lo dijistes tu vindi. Espero que aun te acuerdes de lo dificiles que son de sacar las espinas una vez se clavan muy adentro...

Suerte..."

Si, recuerdo aquel instante. Recuerdo aquella tarde en la que te hable de las flores y sus espinas. Recuerdo aquel banco en el que te aconseje que llevaras cuidado. Y al final... acabstes como yo. Y aun me acuerdo... Aun recuerdo aquel pequeño jardin en el que cultivaba rosas.

"48 Rosas para mis niñas... 48 rosas para mis 4 niñas..."

Pocas quedan ya. Pocas rosas. Pocas niñas.

Rosas Carmesies hurtadas por el aire del olvido
Rosas Celestes llevadas por las nueves de los dias lluviosos
Rosas Sombrias ahuyentadas por la potente luz del astro sol
Rosas blancas...

Esa pequeña y alejada rosa blanca que un dia marcó mi amistad, crecio y brillo. Brillo con luz propia alejando la sombra de cualquier otra rosa que pudiera intemponerse en el jardin:

"Rosas Blancas... Honor, Lealtad, Pureza y Justicia... Fuertes ideales... dominan tu mente y tu cabeza... te someteras a ellos y te indicaran tu forma de vivir..."

Y desde entonces asi ha sido. Y sin embargo... Sin embargo ahora recuerdo tus palabras. Mis palabras. Espinas...