"Nosotros no determinamos la culpabilidad de nadie, y no dictamos su castigo. Nosotros somos simplemente los fríos instrumentos que llevan a cabo la venganza del Emperador. No existe forma alguna de matar que no conozcamos; no existe forma alguna de terror que no podamos utilizar; no existe enemigo alguno que pueda escapar de nosotros. Somos la espada de la justicia que busca la garganta de los traidores; Somos la bala que se aloja en el cráneo de los herejes; somos el veneno que mata al alienígena."

Decreto asesinorum

miércoles, abril 01, 2009

Una gran prueba de Fe...

Diria que despues de aquel encuentro ya no hay dolor... pero mentiria. Si hay dolor. A cada segundo, a cada minuto. Los unicos instantes en los que puedo descansar son aquellos en los que mi mente sueña y nisiquiera en ellos estoy tranquilo. Las pesadills siempre acechan y ultimamente se ceban bastante conmigo. Pero esto... no es comparable.

Lo noto. Lo siento dentro de mi. Y duele. Un calor asfixiantes que asciende desde mis pulmones a mi garganta. Quemando. Ardiendo. Hay momentos en los que me falta el aire, y mis pulmones se comprimen todo lo que pueden intentando encontrar una briza de oxigeno. Intento estirarme, intentando soportar el instante de dolor sacando pecho y apretando los dientes, pero no puedo soportarlo. Duele demasiado.

Mi cabeza continua leyendo una tras otra cada palabra. Condenandose. Cada palabra duele mas que la anterior y cada frase resulta mortal. Cada palabra. Cada linea. Cada cuchillo. Mi corazon sangra destrozado por todas las heridas. Siento como cada gota sale de el. Mi cabeza no puede entenderlo. No consigo comprender el porque. "!¿Por Que?!" El grito agonico no consigue salir de mi garganta. De mis labios. El dolor lo retiene. El dolor me consume. No puedo llegar a pensar en nada. Solo siento el dolor. El dolor que aprieta mi pecho y mi cabeza. Un dolor que no me deja razonar. Un dolor que insta a mi razon a suplicar la muerte. Las lagrimas se delizan por mis mejillas. Lagrimas saladas. El sabor metalico llega a mis labios. Agotan. Duelen.

No hay respuesta para nada de esto. Pero si cientos de preguntas. pero una de ellas me corroe por dentro. Entrmeclandose con la infinidad de sentimientos que sufro a cada nueva frase, a cada nueva palabra. ¿Y cuando llege el dia, volvere a sentir estas guadañas revanando mi corazon al igual que ahora las siento a cada palabra que leo?

No lo se... pero lo he prometido. Tengo Fe